23 dic 2011

Big love / Big camotera Bang

No tienes idea…

¡Mira! No estamos sujetos para siempre a los confines del mundo, y del otro lado hay algo más que recuerdos. ¡Adiós!

J. R. R. Tolkien

Sonidos tercos, gastando teclas aporreando un conjuro: tu nombre estelar; necesidad de tatuarlo en mi tobillo. En alta (a)mar busco llegarte, destrozando identificaciones[colgadera], requiero el diccionario, encuentro la palabra irrenunciable repetida dos veces… Cambio dirección articulando necedad sin ansiedad, doy vueltas, masticando plegarias redundantes, gira la esfera azul, el verbo impropio desatando contiendas; eres indescifrable. Barrera,

tensión indagatoria cuadrando significados, no miento cuándo te digo que todo era un ensayo para atravesarte dichosa bandolera; contigo hay vertientes, parece ser, luego apuñalas, pareces ultrajada por el desorientado encuentro y parecieras indiferente.







¡Entonces apareciste luego de tantos años!,

estuvimos espalda con pantalla, yo sabía que estarías por ahí, ¡me apenan las confusiones, los sueños rotos!, parecías ser, quisiera que estuvieras encandilada a ésta piel en ése instante: devoré letras impactado, sintiéndolas barrer ausencia/ respondiendo anhelos. Tropecé con la variante, horqueta miscelánea excluyéndome. Reacio desprevenido, seguí de largo, ligado.

Sindactilia itinerante esperando, sin saber.

Desesperación. Ser/ creer/ ver/ leer entre líneas, retroceder, cederte terreno; me invades, quemas cultivos de racionalidad, saqueas cordura, destierras certezas, ¿merezco tu maldad?; dejas mi corazón hecho trizas, en eso te pareces tanto con la voz radiante: ambas usan palabras dulces entrelazadas con campos minados.

Antes me aturdía la idea de seguir tu juego durante años;

armando un diálogo con reservas, sin proximidad.

Antes, temía que no existiera una Ilustrada Desconocida; apreciando estás líneas. Ahora, [perdido, jodido, abandonado] cierro los ojos, guardo tus palabras en la colmena, disfruto las picaduras; me dañas, medio que me matas, pero es maravilloso leerte. Creer que tu eres quién yo creo que eres; ¿de no ser?, levantar los hombros empapando tinta en una hoja y sentirme un poco más cerca de quién me quiere. Sin embargo confieso que soy yo quién quisiera ser detrás de tus palabras. Estar totalmente convencido.

Aprendo adorar nuestro enlace, sea oh no sea.




Editoriales Santa Magdalena

Presentan.-

¿Mente? Escribí: amor que en la mente me razona, ardiente amor que mueve el sol y las demás estrellas, yo soy el que te espera en la estrellada noche, en una noche oscura salí sin ser notada, alma corazón y vida, vivo sin vivir en mí, a vivir que son dos días, durante algunos años fui diferente, ¿cómo era Dios mío, cómo era?

La misteriosa llama de la reina Loana – Umberto Eco.

Bailemos; devorándonos, mitad y mitad regocijándose

del invierno aprisionado, olvida el frío y cualquier pesadumbre;

¡mi corazón te pertenece!, arde

deseándote,

alma faltante.

Ven, abrázame; eternidad por un beso delicioso/ esperando melodías divergentes, estrellando pupilas en el macrocosmos apretando axiomas versados cautivando rubor alumbrando tus mejillas, apresando sentidos con los labios deshaciendo burbujas pugnando mañanas despertándote del vientre al plano astral, deslizando por tus piernas remolinos cálidos.

Sujeta mis manos; déjame sacarte del cuerpo, caminemos en las nubes, por un momento se mía completamente, deja cualquier fardo agrietado, ¡sonría mi bien!; tú al reír alumbras la galaxia.

1.

[Sed]

Soy dueño de un amor sobrenatural; incomparable, simple transmisión de latidos mirando el mismo lado de la luna, soñándonos, posibilidad compleja arriesgando templanza rozando laúdes aprendiendo a extrañar con cabalidad. Llueve en modo aleatorio, agobiado por las coincidencias reitero fantasmas modulando la forma de una extranjera envuelta tiernamente en cada episodio de está historia, iniciando vendando iniciales; conservando frescura sin saber su providencia, inocencia elevada, rescatando karmas a favor, reconciliando vacíos, tentando abismos sonriendo al amargo cáliz a puertas de un milagro, abofeteando reflejos, copiando fondo conectando vértebras a merced de la destinataria intentando congraciar respuestas agraciadas, ¡implorándole un poco de claridad!

Caer, corregir abecedarios ubicando aventuras que no llevan a ninguna parte, rebobinando una y otra vez acontecimientos desvariando en cadena todos los pensamientos involucrados. Entonces, caminar ordenando ideas, forzando una ilusión acorde al ardor dentro el pecho; inmadurez incorrecta, querer vivir la vida entera en la veintena temiendo crecer. Viajar, empeñar esperanzas, contradiciendo ensoñación; “no es”, terquedad contagiando letrillas sin dominio descarriando la infelicidad alrededor. – ¡Qué ocurrencia!, de ella tenía un abrazo y un beso pálido; contigo no tengo nada tangible y es suficiente para ser feliz. – Digitaba escenas empalmando cartas, cortocircuitos advenedizos discurriendo simbolismos elfícos; al finalizar, me pregunté si alguna otra quisiera ocupar aquél lugar reservado de musa pirotécnica.

2.

[Quimioterapia]

Mi dueña carece de tacto. Caminar mientras alumbre nuestras esperanzas el rincón acorazado dónde unimos votos e intercambiamos presentimientos. Temo al adiós; más sólo puedo decir amén, hágase su voluntad señora risueña; sí eh fallado y no merezco oportunidad para redimirme aceptaré al verdugo agasajo de la soledad sembrando alegrías en el destierro para enviarle a través del velero los mejores destellos que sobrevivan a tan terrible condena, sí la sola ilusión que en nuestra siguiente vida logre merecer sus labios es suficiente para mantener la sonrisa en alto y olvidar sufrimientos; permaneceré fiel a vuestra sombra amada Intrusa.

Tengo mal de alturas
y aquí vuelan
pájaros de oro
si me maree
es por devoción
yo
prefiero seguir tus pasos

Pasos Soda Stereo

Contigo colecciono días geniales; uniendo tiempos desfasados contrayendo esencia para vislumbrar el momento. Detener curvas del tiempo, pintando Agosto desarmando algo propio, un hecho que sucede conforme la luna recuerda momentos con nostalgia mirando los acontecimientos completos; suspiros incendiarios alcanzando tardes magnetizadas descifrando piropos incompletos, mientras esperan solucionar trayectos anudando labios sin dejarnos respirar separados nuevamente. Para nuestra suerte somos un misterio dulzura; cada pieza, vale 429 vidas abrillantadas deshojando sonrisas en blanco, apuntalando lo inédito en cataratas sensacionales, falleciendo minuto a mirada con tal de abrigarnos fundiendo piel/ desencadenando colapsos erógenos pulverizando la armonía inconclusa improvisada coloreando teclados orientando el ardor de los dedos al iris benigno revelando el furor del big bang (deslizando sumisamente mis dedos por tu espalda desnuda; suavemente entre idas, corridas, venidas, decodificando esos apetitosos espacios los días restantes/ cada mañana, todas las lunas y en las tardes ruborizadas) generando existencia, átomos hiperactivos, forma, nuestro primer encuentro impregnando células resistentes al olvido (que no logra borrarme del tacto aproximándote en desmedido conocimiento por mi ser / clavándome las uñas en la espalda escribiendo el libro de cabecera, nuestra desmedida inmortalidad ) contractual, juntándonos en medio de lloviznas disonantes, siguiendo el latido del otro, creando sueños ineludibles formando sobre nuestra cama; estelas, aromas y señas precisas; ¡romance nuclear!


No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.

Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.

La madurez insigne de tu conocimiento.

Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.

La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Alma ausente Federico García Lorca

3.

[Devolución]

Te adueñaste del aire que respiro; dejándome inconcluso, persiguiendo musarañas destilando premoniciones ojerosas mediando dimensiones; un lugar contigo, cálido y suave – realidad tosca, áspera y abrasiva. Alejo el cuello de la horca, recolectar fotografías nubladas; para formar tu nombre completo, será la mejor manera de vivir. Música dividiendo anotaciones, purgando kilómetros narcotizados en estrellas fugitivas. Ventanas dóciles. Partituras medicinales. Lectora peculiar, ¿aceptarías bailar conmigo?, envuélvete en mis brazos, sin palabras; moraremos en una armonía que no dejará caer luto esculpiendo noches destellantes para nosotros, embriagándome con tu cabello eléctrico, marcaré tu cintura y con esos deslumbrantes dedos tuyos revivirás zumbidos celestiales; y podré beber miel al señalar el recorrido de los labios multiplicando sensaciones.

Serás transparente.

Love en Fe mayor.

Momento para el primer beso, universo conspirando a favor; fin del viaje, tesoro psicodélico.

Mordiendo nuestros labios, sin saber dónde inician las venas del uno, para acabar en el otro aferrando posteridad bondadosa permitiéndonos unir esa vida; que venimos presintiendo.

Con las venas adormecidas, visitando cielos naturales contrayendo síntomas dónde atizan particularidad las señales; estribillos flotando en taquicardia ambrosía respondiendo inéditamente al suceso, rasgando piel, atrapando respuestas. Mientras pasan noches estrelladas, eclipses saliendo de orbita para poseernos/ iluminación chicoca jovial, no en vano te proclamo nirvana.

Mañana, recobra esperanza. Palabra adorable; mañana. Cientos de vidas para acercarnos. Mañana levantaré castillos de arena. Tiene buen sabor filosófico. Mañana, soledad acribillada. Resucita determinación, mañana la historia de ambos se perderá en espirales heroicos. Perdona, pero la emoción me abate: mañana germinará nuestra casa, los nuestros tendrán cariño por el umbral entrelazando destino; serán cordiales con las ilustradas desconocidas y serán maravillosas con los artesanos que las merezcan.

Deseos cortantes, inquiriendo pesares tartamudos, resoplando diagramas; retando incoherencia situándonos en dibujos resolutivos. Enredándonos contracorriente, aún contra los obstáculos del presente; no hay nada que no se pueda recuperar de antes.

Eh tardado en verte.

Eh tardado en no olvidarte.

Eh tardado en encontrarte.

Eh tardado en maravillarte, deslizarme por tus sábanas pintando noches inolvidables.

Eh tardado en reconocerte comprendiendo la claridad de mi sangre.

Además eres un tarado; dando vueltas, nuestro tiempo se acabó. Deberás aceptarlo, cumplir con tu promesa de una sonrisa y seguirme el juego sin preguntas, condicionamientos, exigencias, esperanzas y conformarte con el espacio que e decidido darte.

Sí has decidido que sea; debe ser.

Fallaste. No te diste cuenta a tiempo, alborotaste emociones; ¡robándome primaveras, él muy cabrón!, y en lugar de ser romántico debo tolerar un arranque de nerviosismo. Amor, si comprendes el significado; deberás alejarte pidiendo todo lo mejor para mí, ¡tuviste la mayor oportunidad en está vida!, lo lamento hubo un tiempo que deseaba el final feliz contigo, pero el tiempo es sabio acomoda ideas y en mí vida no tienes cabida. ¡Agur!

Falta tanto para convencerte de lo contrario; ¡es muy cierto; he maltratado lo que no me pertenece ni tengo nada vital, real ni tangible para ofrecerte!, pero estaré la vida entera esperándote, no se cómo carajos saldré adelante, sobreviviré alimentando cada día lo nuestro, sí: n.u.e.s.t.r.a vida / n-u-e-s-t-r-o amor. Claudicaré a mis credos, voy a conquistarte; con devoción, constancia y… con lo mismo que te ofrezco ahora: el corazón abierto de par en par, y en paz dueña mía. Regresaré a tus costas dando batalla perfeccionado ingenio con la pluma; sentirás cada trazo sin conciliar sueño alguno alegrándote pronunciando palabras de otro: “Si alguien ama a una flor de la que sólo existe una en millones y millones de estrellas, es suficiente para sentirse feliz cuando mira a las estrellas.

Quisiera tanto creerte. Escucha; si bien sería bonito verte aparecer en mi puerta con un ramo de rosas, fuegos artificiales, globos y aparatosas exageraciones de una declaración estrepitosa. También preferiría que me vieras; ¡verme!, cuándo pases las manos por tu rostro y al irte a dormir logres conectarte conmigo, a la medida del sentimiento. Poco vale pronunciar promesas. ¡Veté por ahí!; despilfarrando palabras agridulces, escondiéndote en falsas caricias, suficiente valorización implexa confundir líneas con una minifaldera radiante. Contrayendo elogios a mitad del desierto.

¿Te he dicho que volvería a vivir lo vivido dos veces para encallar nuevamente en éste momento?; juntando fracciones de buenos augurios, alguna risa, cinco minutos agraciados, algunos “nunca nadie a hecho nada semejante por mí”, sonrisas sinceramente generosas, palabras agradables; con cuidado, buscando dentro mío la brisa que venía de algún otro lugar, pronunciando tiernamente una posibilidad remota, pero esperanzadora; “Mi flor está allí, en alguna parte”, cometí errores garrafales provocando heridas y malestares, a mitad del camino intenté quedarme en los ojos sempiternos de una dulce vegetariana. Afirmando únicamente pertenencia al velo seductor que remontaba imágenes puntualizando días lluviosos; migas de pan, concordancia determinante, refugio insomne claudicando aberturas jubilosas (sin explicación) desaprendiendo realidad, visualizando tu nombre en una carpeta borrosa sin lograr retenerla sombra adorada, dejando entre líneas aromatizadas desintegrando sinceridad sobre cada post. Encontré una musaraña muy peculiar; trajo consigo tanto de ti, revelándote plasmada dando significado a las líneas de las palmas de mis manos. Helena…

Guarda silencio. ¿Helena?, Helena de la colgadera musaraña, ¿no tenías apetencia de los nombres propios?, abre paso al misterio; persevera una duda, uniendo rostros, temiendo que sean dos voluntades accidentando tú camino. En el instante correcto; ¡hubiera tenido tanto sentido!, tengo fe, estaremos mejor. Suéltame.

Seamos; antes de irte. Me debes una conversación al menos. Pero ahora perdamos los labios cómo hemos venido despertando virtual sospechosa.

Ilustrada Desconocida, bandolera, intrusa, Helena, virtual sospechosa, Hada de las artimañas; te es necesario mí nombre para que te pierdas en mil dulces sobrenombres neutralizando alteraciones trilladas agravando lances ionosféricas apabullantes.

IV.

[Blog song / besos bong]

Le dije que mi papel en la obra requería que yo me eclipsara al final, y la forma de ausencia posible para mí, la forma que yo podía aceptar y soportar, era una muerte rápida y no un lento y cruel arrastrarse...

Una nave espacial de ternura hacia la luna Layla Balbaki

Ventana de cirios rodantes,

papel aluminio vendiendo cartas marcadas.

Ayer, murmuraba el cielo media vida.

Ventana de cirios rodantes, con cortinas encajadas,

al interior trasatlántico hay un pastel de fina masa expansiva,

hora del té, mantel coqueto, tazas menudas y platillos extraterrestres.

Aroma ah amor morado;

mermelada lujuriosa,

agua hirviendo en la tetera victoriana; una cascarita de mandarina

para el buen saber; mimando pulsaciones electromagnéticas,

encerrando súbito atardecer; no hay otro mundo más que el nuestro.

Ventana de cirios rodantes,

sabores incomparables del clítoris sustancial,

describiendo en lengua adictiva rutas para caer bordeando cualquier momento

un coloquial frenesí; moviendo la cucharilla en círculos perfectos completando el atuendo

de la mirada, vistiendo deseo, amor, alegría, ternura, pasión, lascivos argumentos, comprensión, resistencia, compañerismo, complicidad, lealtad, aventura, precisión, cordialidad, locura, amistad, seducción absorbente, magia, seducción liberadora, asombro, confianza, misticismo, complementariedad, ingenio amante, creatividad radiante, armonía.

Ventana abierta incidiendo paisajes;

empapelando caracteres minuciosos, cubriendo la azucarera con fragancias estelares.

Cerca de Venus, inclinación cocacolera.

Ruptura de los recipientes, tersa impaciencia, acercándome a ti; sin fronteras, giramos 180 degrades pictóricos embriagándonos riendo con estridencia, aterrizando en Júpiter cuyas lunas se ven hermosas iluminando tu piel contenta, eres mi nación/ ideología / religión, quiero recuperarte olvidar la gravedad, reconciliación fermata elevando historias propias de los labios venciendo nostalgias sincronizando organismo, perdiéndome dentro tuyo fundiendo versos en el suave talismán incendiando nervios, convirtiéndonos en murmullos radiantes.



Well it's full speed, baby
In the wrong direction
There's a few more bruises
If that's the way
You insist on heading
”.

Mary Jane – Alanis Morrissette

Ironía crucificada al ceder otro amanecer, sintiendo que en otro mar deambulan las pestañas bien amadas. Crudo despertar anestesiando soledad indolente; desde aquélla noche mítica inundado por tu mano intrusa, evito ése lado de la cama. Quisiera extraviarme, debajo del edredón, no salir jamás, esperar cualquier final. Silencio abismal. Ciudad silenciada. Rumores extraviados. Inmovilidad seductora escogiendo trozos de carne prudente, desgastando pasadizos envenenados. Granizada de presentimientos; ¿dónde doblar las muñecas y romperse los dedos inventando trayectos afortunados? Persistente resurrección de un deseo particular, armonías nacientes, ¿de dónde?, busco aferrarme, festejando nacimientos abrumados, trepando aclamación libidinosa isostática absorta. No tengo fuerzas. No tengo ánimos; respirar es una tragedia.

Las horas en silencio, pierden textura, e importancia; sabrán regresar al paso de las manecillas para sentirse vivas, corrigiendo irrupciones de luz vorágine. Cielo letal, siento pasar nubes acaparadoras del azul profundo. Roció matinal cada 29 minutos. Solemne transición divergente. Temo abrir los ojos y descubrirme todavía vivo. ¿Tardará mucho en levantarse la luna?, ¿seguirá siendo una falsa canción?; repito las alteraciones de un nombre bendito, esplendor importante partiéndome la columna vertebral; ¡quererla es una cuestión atómica!; ahora me cuesta percibir si es un sueño o una verdad, un sereno verbo atizando calma perdida; o desapareció en las rueda urbana del aporreo contemporáneo. Aferrado a su existencia, grito, sin sacar sonido alguno; pero retumba en cada página y en los espacios entre canciones, está allí en mi retina derivando pulsaciones. Ladrona; me roba la suerte. Preparaba el cuerpo para asimilar su aroma, recordando que quererla es tan nato como respirar. Parte de mí en sus ojos, repartiendo inmutables consignas, prometiendo alcanzarla. Terrible ansiedad, embarcado bajo palabra sin saber como eludir la tormenta; doble cero, ruleta rusa, ¡bang!, a quemarropa me da en el centro, pierdo el eje, no me necesita. Yo la necesito para sonreír, para ser el sujeto que debería ser. Siempre propia. ¡Ansiedad!, ¡desesperación!; hundiéndome en irreflexiva oscuridad, sueños y esperanzas marchitadas; brevedad colorida repasando iniciales sintiendo por última vez.

Palpitando los dedos a ras del suelo, un sonido agradable trepa por mí ser; sensación eléctrica, reconfortante, ilusoria, gentil. Animada. Necesito sentirla envolverse en viento seductor; salgo apresurado, refrescante impacto yugular, seguir sus latidos; ¡doy gracias por detener el mundo un momento para poder oírla plenamente!, lentamente los movimientos cotidianos retornan, sin saber que sucede, ajenos y profanos; ésa chispa alborotada me recuerda que tengo su mirada en la nuca. Lluvia breve, orquídeas resonantes, embelleciendo las palabras amargas de una gitana; busco el origen, sonriente, voy por estás calles mudando piel, recobrando alegrías del más allá. ¿No son extremadamente bellas las margaritas?, enfrento espejos recordándoles que fue un cerro quién me regaló la piedra para la sortija de compromiso. Encuentro una rosa muerta, enamorado reitero encantamientos; recobra color, fragancia. Corren en la ciudad para refugiarse de la lluvia, ¡me encanta!, quisiera ser parte de ella, acariciando su rostro. En cada paso una musaraña sonríe describiendo ternura de la bien amada. Dejo mi rosa a los pies de una centellante catedral apasionada. Alivio restante citando estribillos de canciones melosas deleitándome con la posibilidad. Latitudes acertadas, saltando casillas evitando contiendas, encuentro una esquina propicia. Del otro lado la veo a ella. Luminosa, natural, afable, inolvidable, alquímica, terrible, admirable.

Muero en sus ojos, renaciendo en sus pestañas.

Silencio.

El destello en sus ojos se apaga.

Corazón apuñalado.

Quiero alcanzarla, a medio camino tiembla el universo.

Se va, no puedo detenerla.

Se marcha; arrancándome los ojos.

Desesperado corro, pero ella ha desaparecido. Recojo el destello con sumo cuidado.

Vagar, resistiendo perderla, entro en un hospital rogándole a una adorable doctora que interceda sus buenos oficios para encender nuevamente aquél destello. Entre la puerta y el pasillo envejecí siglos. Demoliendo rodeos, apresuro una palabra tras otra en oraciones deformes; vivir sin ella me resulta aterrador. ¿Calma; dónde mierda te fuiste?; al menos si pudiésemos tomar un último café. “Necesitamos una transfusión de sangre”, dice la doctora alcanzándome una libreta. Incrusto la pluma en la vena; reescribiendo post enteros con su nombre, poemas, epígrafes, los borradores que todo el año he tratado de dedicarle, promesas consecuentes, declaratorias estrafalarias, un guión para elogiarla, renglones imantados a sus caderas, las historias que ella me inspira; solamente me queda una gota, cristalina, de un rojo vivo, disipando penitencias, pongo la punta de la pluma sobre la hoja, lentamente y con letra legible cada letra pronuncia el enunciado más importante: te amo.

La doctora coloca cada hoja en el suero; 29 minutos después parece animarse. Irradiando toda la habitación. Dejándome completamente a merced de la incertidumbre.

La mujer que amo; es una manifestación de vida irrenunciable.

Diamante trascendente, uno sus lunares en la estrellada parcela de cielo cándido.

Ella ah sido el maravilloso viaje de está ventana; voz quién amablemente seguiste tan enmarañado relato quisiera dejarte este consejo: los razonamientos complejos no alcanzan claridad embelleciendo un sentimiento, amar significa libertad; son los detalles simples unidos a pensamientos dispersos que revelan la naturaleza del ser que ah de corresponder cada espacio y aceptará de buen agrado construir momentos importantes, el miedo, la amargura y el dolor serán pasajeros; porque lo que ah de venir; vendrá, lo que tiene que ser; será, mientras tengas un rumbo.

Y la infanta frunció el ceño, y sus finos labios de rosa se plegaron con desdén.

En adelante, que los que vengan a jugar conmigo no tengan corazón –exclamó.

El natalicio de la infanta – Oscar Wilde.

5.

[¡Eres mí mundo!]

Nuestra Señora de La Paz, día elevado/ mes aliviado/ año ideal.

Helena

Presente.-

Quedan pocas cosas que decir, y muchas por descifrar; vivirlas a plena luz. No tengo más que regalarte mis ojos, las venas, la piel, labios y neuronas. Tengo un pedacito tuyo que cada mañana me obsequia fragancias entrañables, despierto viéndote, tratando de imaginarte, intuyo tanto de ti. Pero es necesario algo de claridad. Me gustaría saberlo todo; tus aromas favoritos, los colores que te hacen cosquillas, el nombre de todos los lugares ocultos en tu memoria.

Llueve en la ciudad, las luces navideñas anuncian otro fin de año; atorando restos humanos, dentro y fuera de las líneas resumidas del pesar exagerado que oprime las sienes desatando dudas. Ruido incesante cronometrando acordes, impulsando el pulso a consagrarse en nombre de tu conjurada alegría. El desenlace de nuestra historia está en tus manos, resoplando corrientes acordando simetría con tus sentimientos. No quiero mendigarte afecto, suficiente lo recorrido para atesorarlo como divino; por mí parte eh perdido vilmente la partida, apenado por los malos momentos; al mismo tiempo encantado contemplo el brillo dejado por tus dedos en mis ojos. Pasión idónea reservándonos el primer encuentro en completa dicha; ¡regalándonos nuestro sitio especial, bien amada!

Ahora ah concluido el destierro.

Mí hogar es la planta de tus pies; mientras camines y algo intranscendental te recuerde que en algún lugar siento una súbita emoción mirando margaritas, las nubes cambiarán su color, el viento me traerá tu aroma. Dedicaré la vida a maravillarte, alcanzarte; aún sí solo sea un instante clandestino, valdrá cientos de siglos expectantes; ¡ahogaré monólogos de mil noches!, trascendiendo cotidianas caricias, ¡elogiándote taciturna inspiración!, son ésas palabras sublimes que desesperan la cercanía de tus oídos, sumergidas en ausencia no consiguen evaporar ternura, quedando plasmadas en el velero.

Rasgan mi garganta, desenfocando nuestro corazón.

“Nuestra”; “nuestro”, tienen un sonido divino.

Querida, no eh de decirte adiós; salen sobrando las despedidas.

Quedaremos impregnados; suceda lo que suceda, conservaremos una bonita historia.

Siempre tuyo;

PJ.


(Deja de llover.)

;) ¿Nos vemos en un columpio?

[Los charcos son espejos del cielo.]

[:] Prefiero un lugar cálido.

;) ¿Te refieres a mis piernas?

(Instante desmedido.)

;( ¿O sólo piensas en ti mismo?

[El cielo es un espejo de los sentimientos.]

[:] Detestaría no hacerlo. Yo soy lo que tú quieres que sea.

;) ¿Referirte, besarlas, quemarlas, o adornarlas?

[:] Besarlas refiriéndome al adorno prestigiador de mis labios incendiando Roma.

;) ¿¡Amor inverso!?

(Desintegrándonos en la lluvia.)

[:] Cállate. Tus piernas terroristas atentan contra el sistema; ¡eh de quemar el mundo mujer!, para sembrarlo nuevamente a tu agrado. Señala un punto en el mapa y mañana temblará, sédame agitando tu cabellera eléctrica/ tienes cejas de algodón de azúcar, quiero comerte todita, crucificarte en mi piel, clavándote con besos eternos; te ambiciono entera.

Musarañas.- No es la luna una falsa canción,

emoción de contraste sabe dónde hallar

vanguardia maquinando saludable devoción.

;) ¡Un jardín con flores de enero!, hechas de colores puntuales. Parecería simpático unir lazos cumpliendo 29 inviernos y sumando 4 elementos. Dedicar diciembre a bailar rodeando lejanías.

[Sentimientos sobre volando hemisferios.]

Musarañas.- Ella tiene en su rostro; escritas las caricias

que él doblega antes de encontrarse a sí mismo

soñándola noche y día, dedicándole los buenos pensamientos.

[:] Déjame hacerte un vestido derritiendo hilos de pradera magnética.

;) ¿Para desvestirme noblemente?

[:] Nena, de ser así hilvanaremos toda clase de atuendos para que te veas aún más hermosa.

;) No hay otro amor cómo el nuestro; ¡cantemos desafiantes!, nadie podrá escribir nuestra historia.

Musarañas.- Ella definitivamente es una presuntuosa.

;) ¿No estamos hechos a medida, dónde podrán reclamar semejante odisea?

[:] Tranquila guapa; somos copos de nieve…

;( ¡Mí amor estás atrevidas osan alterar el numerillo olvidando los coros!, vamos majaderas desembuchen.

Musarañas.- Horror mundano; ¡la muy insolente nos insulta!,

bien: en una torre rodeada por rosas negras; que a veces son azules y tiernas

viven dos magos.

;) ¿Y?; poco importan estos ilusionistas de pacotilla.

Musarañas.- Nada de eso querida; Dîkodema y Zakêo

son magos oscuros, muy peligrosos y poco convencionales,

sus pares piensan que están bastante locos.

Pero;

siempre se quisieron, antes de despertar y tener forma

unieron sus destinos;

estuvieron pendientes, aprovechando cualquier momento

para verse; los años pasaban y adquirían fama,

llegando con ella las guerras.

Grandes proezas

llevaron a cabo engrandeciendo sus nombres;

enfrentando riesgos y temibles adversarios,

vino un tiempo de calma,

entonces pudieron desposarse.

Zakêo leyó un deseo en los ojos de su compañera;

ella quería un lugar apartado solamente para los dos,

reunió a los mejores artesanos para construir descomunal sorpresa;

antes de terminarla tuvo que partir al destierro.

Con todo su pesar, entregó el regalo incompleto;

Dîkodema dio saltos de alegría llenándolo de besos,

apreciaba mucho más terminar la faena compartiendo el ingenio de su compañero.

Quiero ser lo que te hace más feliz

A mí me gusta verte así

cómo el fin de éste viaje

La excepción Gustavo Cerati.


Regresaba por un sendero de magnolias; a paso apresurado, no toleraba estar lejos de su compañera. Faltaba todavía bastante, pero ya podía ver lo alto de la torre; prestó atención y pudo notar que ella suspiraba, alborotando las estrellas, que relucían y mostraban todo su esplendor; ¿qué podría tenerla cautivada? Desconocía los celos, pese a todos sus defectos. Su corazón dio un brinco encontrando la respuesta; visitaría la capital de los cerros, seguramente traía toda clase de souvenirs, Dîkodema sentía adoración por las artes de los mortales; ambos compartían especial fascinación por la música (ella es fanática de Janis Joplin; Zakêo es fiel seguidor de Led Zeppelin).

No faltaban los aventureros que robaban rosas del jardín; rápidamente repuso las faltantes antes que Dîkodema se disgustara. Once lunas de colores alumbraban la noche; pensó que ella podría estar entretenida en algún sortilegio de suma cautela, repentinamente la escuchó cantar; “No se cuantas veces soñé con la aventura de tenerte entre mis brazos con toda la ternura de quererte aún si duele regalarte mi locura olvidándonos del aire…”, al principio le pareció una melodía monótona, revelaba un sentimiento ameno y encantador; llenando su hogar de un tono vivaracho, colocó las flores sobre una mesa al pie de una ventana, refugiado en suaves caricias se deleitaba escuchando a su compañera, noto que su amor era algo creciente, que cada día la amaba mucho más, “te quiero” resultaba diminuto para expresar semejante sentimiento; no había lengua capaz de reflejar en fonemas su amor por Dîkodema. Juntó las manos, llevándolas al rostro, hundiéndolas brevemente dentro el cráneo, sacando posteriormente una esfera luminosa. Atareado forjó un collar alrededor, mientras corría a encontrarla y sorprenderla. La maga estaba absorta mirando por la ventana de su recamara, cantaba formando sobre el vidrio estelas destellantes, hacía alguna pausa y sus pira, retomando nuevamente la canción; ¡su corazón saltó de alegría!, cuándo las manos de su compañero suavemente acariciaban su cabello, cubriendo su cuello con un hermoso collar; dejó a un lado los parámetros originales y cantó con propio estilo ruborizando al mago que en muchos lugares temen y evitan pronunciar su nombre; la esfera de luz giro alborotada fundiéndose en su piel. Reconociendo el objeto por su naturaleza besó al artífice apasionadamente.

¿Decidme qué evento ah despertado en voz tal despliegue de cálida melancolía? – Unió sus pensamientos con los de su compañera, mientras ella lo abrazaba; priorizando el beso a platicar.

Amado, mientras me besas mí organismo te es luminoso; concéntrate solamente en desearnos. – Mordió sus labios esperando que él respondiera en un fogoso arrebato.

Tus besos me saben a mucho; y es por eso mí urgencia de conocer tan grato impulso que enciende ésa chispa en ti.

Apartándose de él, escondió su rostro para que no viera la traviesa sonrisa dibujada. Estuvo en silencio, jugando con los pliegues de su vestido, detestó que renunciara al sabor refrescante del lecho prefiriendo conversar; él sentado en el piso con las piernas cruzada encendió una pipa nueva, la habitación se impregnó con un aroma agradable. Dîkodema decidida a no ceder, despojándose de las ropas tentándolo, cubrió su cuerpo con una camisón de seda, retocado con bordes tejidos con hilos delicados; “¡Estúpido terco estratega!; sus ojos me devoran, pero ah leído cabalmente mis intenciones.” rendida declaró tablas agraciándose con una fina bata, apoyando la cabeza en el hombro de Zakêo;

Estoy emocionada amado mío. Con tantos sufrimientos aquejando la existencia de los seres, es confortante saber que existan tontos románticos aterrorizados, sin saber que destino reservan sus damas para ellos. Estando tú fuera metido en maldades; tuve un sueño inquietante: me vi en un cuadro incompleto. Desperté compungida, quería conocer el significado; agobiada, evite recurrir a la habitual consejera y emprendí viaje. Luego de muchas vueltas recordé al Brujo [nota: Cerro del Beni, que anuncia tiempos de lluvia cubriéndose completamente con nubes] dado que en sus dominios te arranqué el corazón para evitar que continúes aquélla sangrienta revuelta, pero nuestro amor se impuso…

Y nos dimos el primer beso. Todavía tenías mí corazón colgando en tus manos.

¡Vamos!; podríamos estar recordando ésa emoción enredados muy juntitos, pero el señorito prefirió conversar, entonces; ¡no interrumpa y escuche!

Prosiga por favor… pero, soy muy viejo para que me llames…

¡Ssht! Gracias. Ni bien pisé esos territorios; inmediatamente mandó un emisario para que me guíe. Como siempre muy cortés conversamos sobre muchos asuntos; me contó las preocupaciones del soberano del manto blanco con respecto a los nuevos inquilinos el palacio quemado. Aproveché el momento justo para confiarle mí sueño pero su interpretación me pareció demasiado escueta, cambiando de tema rápidamente… o mejor dicho hábilmente; narró la historia de un joven bastante amigable que le pidió una piedra para su amada; una desconocida perdida en su sangre. Acepté la indirecta y decidí ir en su búsqueda. No fue difícil hallarlo; solitario busca pleitos, sería del agrado de los zorros, también descubrí un par de tretas en las que ayudó a vuestra merced. Estuve observándolo cuidadosamente; tiene ojos melancólicos, bastante parecido y diferente a usted, no basto mucho tiempo para que le tomara afecto. Lo abordé para conversar [nota: ver post#79] se mostró muy amable, asustado y nervioso.

Sí estás asustado por ende estás nerviosos; ¿no te parece?

En él eran dos emociones encontradas. Cuando llegamos a su casa descubrí el retrato del sueño; simple, sin una gran técnica; no obtuve respuestas. Le ofrecí un regalo; tomamos un café, las rosas y la chica de papel me mostraron los borradores sobre la Ilustrada Desconocida, con posiciones contrarias; las unas querían que le revelarán el nombre y el rostro de la amada; la otra más siniestra quería que lo convenciera a viajar por tierras de velos y antiguos conocimientos, tomando cuatro esposas entregándose a una mayor ambición.

Me agrada la chica de papel.

Entre locos se entienden. Respecto al regalo, no se le ocurría nada, aceptaba mi generosidad, pero lo único que quería no podía dárselo; sólo el tiempo diría si merece a tan sobrenatural dama. Pregunté que sentía por ella y respondió: “Es una fuerza superior susurrándome ideas fenomenales. Ellas es un mundo saneado, sembrando lluvias en dónde se necesita riego contrarrestando el calentamiento global”, sonrió tímidamente. En el fondo sólo espero que despeje las dudas.

Filamentos del amanecer pintan la escena, murmullos apasionados desprenden reservas; las rosas negras despiertan de mil colores; en otro lado una conversación menos placentera se lleva a cabo.








Voy a abandonarte; al parecer es irremediable. Eres un sujeto muy poca cosa; me haces daño, no es saludable vivir así. ¿Comprendes nove?, quedarán las palabras y podrás recurrir a ellas, aprende todo lo que puedas, merezco un final feliz y algo mejor que tú.

No tienes idea de lo importante que eres par mí; si debo dejarte ir, siempre esperaré todo lo mejor para ti, y tendré fe que un día la vida nos reserve aunque sea un instante. Yo seguiré seduciendo tus pestañas ¡Agur!; ten una vida plena.