
“No creo.
Soy Creador.
Una criatura creativa.
No acuso sin pensar en la defensa.
Soy observador;
reconozco cada sentimiento del mundo;
midiendo a través de los atardeceres,
manteniendo intacta esa ensoñación vidente.
Alcanzo mi fortaleza avanzando,
meditando cada paso.
Puedo esconderme en cientos de sombras
y seguir lucido,
abrazando otra estrofa de mi destino
para emprender mil obras hermosas.
¿Qué valor tendrán
sin son tinta solitaria
suplantando alegrías sin dedicatoria?
Mi vida me pertenece
regalarla a quién me apetece
es un acto sabio y rebelde.
Pasiones solitarias; enfrían rápidamente el alma
cuya calidez debe encender el fuego
en una mirada compartida
y ver a través
de toda luz naciente, anciana, madura, incandescente;
quebrando la profundidad de la noche”.