“Amada imaginación, lo que más amo en ti es que jamás perdonas.”
André Breton
“En Abufalía la palabra clave podía tener siete letras. ¿Cuántas
permutaciones de siete letras podían hacerse con las veinticuatro letras del
alfabeto, calculando también las repeticiones, porque nada impedía que la
palabra fuese <<cadabra>>? En alguna parte existe la fórmula y el
resultado debería ser algo más de seis millones. ”
El péndulo de Foucault pág. 29, cap. 4- Umberto Eco
Presentan.-
Melodía atravesada en la corteza cerebral; desbaratando cualquier
avistamiento racional a simple vista naturalizando el sol, queriendo iniciar
búsquedas insignificantes aseverando sensaciones plenas. Luego, merecen
fermentarse las retinas gesticulando besos atónitos; jurando verte surcar
sueños migrando distancias indolentes.
¿Qué clase de treta puede ser el cariño?
Separación reiterante, convenciendo cierta
música a recordarte/ recordarnos; juntarnos. Hecatombe maximizada suspirando
oraciones dispersas. Atenuándose al vacío.
Otra noche ausente; luna llena imparable;
virtuosa imagen, te reclamo pensado que tú también la miras inmersa en lo
nuestro.
¡No hay otro amanecer sin ti!
Las notas se imprimen en mí ser, luego
explotan mis neuronas; el dolor es papel disecado, soberana resignación
imposible de aprender olvidos definitivos neutralizando jalones; ungidos
divinos, por azar y cacería. Se va, termina, pero cada vez atina mediaciones
juramentadas en no dejarme escapar. Pierdo estirones numerados, saltándome
oraciones prefabricadas dejando para otra vida la culpa.
Hartado por andar soñándola a diestra y
siniestra; agito la cabeza, desviando viento y encuentro enredadas a mi cabello
sus manos en alguna parte que acá no son
verdad; el lugar es allá dónde guardan sus pies horizonte; exiliado de sus
piernas, pienso únicamente en regresar a ella.
Me siento culpable, ego transmisor;
queriendo atribuirme heridas.
¿Y a dónde debo ir?
Salir, abandonar cuerpos apresados
memorizando vidas despedazadas amándola sin conocer otro sentido para respirar,
desvaneciendo reencarnaciones confundiendo vestigios; impregnado por su aroma:
único recuerdo palpable. La quiero desde el principio de los tiempos, ¡frase
trillada; escalona demencia inquietante!, imagino conversaciones que tal vez
nunca se den, elijo moretones esperando sea ella quién colme ventiscas
enfurecidas, reclamando, ¡celos!; tan necesitados, muero de los celos sin
querer imaginar que otros brazos estrangulan el gran amor conjurado.
Confusión.
Locura.
Infelicidad.
Otro día escabullendo loops desalentados; los ritmos perseguidos saltan armados de navajas
emulando ansiedad atragantándome, sin poder repetir tu nombre bendito, ¡seas
cómo seas!; otra vez, vuelvo a empezar; Abril destellaba promesas paranormales,
viajé dentro mío, decolorando pertenencia rogando encontrarte; ¡derrochando
señales!, una sensación correcta. Tus ojos de misterio enloquecen el universo, averiando
psicomotricidad reflexiva. Intuyo graves consecuencias espolvoreando cenizas
emulando correspondencia. Frescura interrumpida, estado catatónico desigualando
planas blanquecinas retratándote casilleros endiablados, esperando aparezcas.
Aparecer, renacer, volver, creer, ceder
miniaturas a cambio de un solo instante; sea un adiós completo, un no puedo
ir más lejos, debemos terminar.
Mejor iniciar. Cosmógrafo laberinto, adjuntando pecados prometiendo no perder
jubilo dejando el pequeño jardín medianamente oculto entre ambos.
Se fue Abril, ésta vez no nos lo robaron.
Lo deje ir.
Confundiéndote neciamente.
Otra noche aterradora; fantasma sin alma,
recurres al franco desalojo, exhumando mi tranquilidad amontonando coordenadas
irrenunciables. ¿De qué sirve despertar si no sé dónde estás?, me prometo no
pensarte. Evaporando regiones sintetizadas, salen otra vez las ideas venidas
por un círculo gentil, alumbrada connotación enraizando levitación moribunda;
veo soles duplicando espejismos en plena carretera sin inspirarse vaciando
realismos adscritos a la nevera descontrolada. Atracado por mi propia sombra
desestimada, caigo en un amargo enclave avinagrado, reconociendo sabores
inmortales, ardiendo en una pira de relevos, instrumentalizando agravios
paulatinamente; ¡salta la masa sin sentido dentro mi pecho!, pronuncia sílabas
ilegibles, el daño vendrá por los parlantes, presentimiento descontrolado
adjudicando presión en las válvulas exaltando alegría impar sumando frío/
sahumerio escarchado al deslumbrante danzar de cabellos ondulados, rostro
borroso, esculpiendo tono de pelirroja airada, sustracción elemental dilatando
fabula desconocida alaciando en negro nubarrón ésta atracción incontrolable,
desestimando toda forma natural y color juglar necesitando estrellar la vida en
un rostro inconfundible.
Indeterminada.
La melodía me encuentra sin darme tregua;
caigo paralizado por la emoción, desconectado recordando la primera vez que la
oí; trayéndome alegría. Lapidándome.
Boceto fraccionado.
[Amorío descomunal en nublado panorama.]
Recibo la anti tesis de la claridad.
No es sano vivir así, estar a un paso del
mejor sueño; la única enamorada.
Estoy zanjando yuxtaposiciones atragantadas
en una conversación indirecta.
Persigo estelas benignas, afrontando
hurtadillas menos vistas arraigando tu calor; confabulando pirotecnia. Tiempo
peregrino; eclipse aromatizado reflejado desde encuadernaciones sinérgicas. Imperando
cruentas coincidencias. Indolora transición espantada, pretendiendo subsistir
contra viento y marea. Cruzo la ciudad paralizada, secando traumas
contemporáneos en parqueos adyacentes al estúpido tumulto, protuberancia
socializando gentíos airados; estilizando bloqueos. “Venga; ¿adónde va?”, me
pregunta una chica en una bicicleta con una canasta presumiendo cintas muy monas.
Venia y despedida, pero ella me sigue dando vueltas alrededor; tengo cierta
desconfianza de las chicas en bicis coloridas, pero no hace caso sazonando
pandemias cobrándome calma saturando toques a la campanilla. Cielo azul,
contaminación aminorada bajo factura progresiva del pogueo histriónico entre políticos fracturándose en cualquier
oportunidad por tener los mejores cortes que ofrece el matadero electoral.
Canibalismo infantil.
La chica de la bici, opta por caminar
improvisando conversaciones elevadas; sonrío, asiento, sin darle chance a
platicar cortésmente. En otra vida, en otro momento quizás. Confundo vías
respiratorias escapando de la dulce melodía que sabe dónde pillarme desarmado,
arrojé el escudo hace algún tiempo. Revoloteando candilejas policías nerviosos
gasifican a cualquier sospechoso de querer desestabilizar el sacro santo
proceso de cambio. Escapismo campante, aparecemos en una callejuela extraviada
figurando oficios clasificados en todas sus formas reinventando ofertas, al
abuso de lo absurdo; ¿qué clase de discurso quieren vendernos condenando las
villanescas cláusulas del capitalismo, rindiendo culto al consumismo? Todo
tiene una razón de ser, el universo es una compleja ecuación inalterable;
fijándonos en los anuncios encontramos uno bastante cabal a mi dilema. Subir
resulta incómodo con la bici, su dueña pese a mi falta de cortesía insinuándole
que quiero seguir sólo, insiste en acompañarme; al llegar, en la oficina
indicada vemos toda clase de adventicios proverbiales, yerbas, cabezas
disecadas, cartelones de los años 20s, corazones enyesados, criaturas
misteriosas adornando zodíacos bizarros. Salé a nuestro encuentro un sujeto
vestido de manera estrafalaria.
–
Jirones, tengo el corazón hecho jirones amando sin prescripción, amando
severamente a una Ilustrada
Desconocida cuya presencia
enfatiza cualquier sintonía semejante, revistiéndome con suplicas y suspiros al
pie de su ventana.
Ordena que guarde silencio, memoriza
constelaciones; sacando de la manga izquierda un conjuro para adormecerme, me
pide que coloque mi cabeza sobre una mesa desgastada, sin entender empiezo a
preocuparme cuando la chica de la bici lleva sus manos al rostro extenuada de
miedo. Sin pausa, o previa advertencia el estruendo mutila pensamientos
ferozmente: melodías inmersas, fragmentos de musarañas risueñas, sus palabras
calcinando mis ojos, las desdichadas esperas, su aroma quinta esencia
universal, particularidades incalculables, ¡aquélla sensación del 2010!;
electrificándome. Rompecabezas inestable pendiendo de un hilo. Parten las
ilusiones, ensoñaciones complicadas, las certezas, las confusiones y las
posibilidades. Mente en blanco/ en calma aparente.
“A todo lo
largo de la vida amorosa las figuras surgen en la cabeza del sujeto amoroso sin
ningún orden, puesto que dependen en cada caso de un azar (interior o
exterior). […] Cada figura estalla, vibra sola como un sonido separado de toda
melodía o se repite, hasta la saciedad, como el motivo de una música dominante”.
Fragmentos de un discurso amoroso – Roland
Barthes
Ligera suspensión; intenso borrón
merodeando partituras deshilachadas del propio acento filarmónico empedernido
en remediar el terrible vacío evocando claustrofobia romántica; me siento
ligero, desprendido rememorando algo más allá, exiliado añorando algún lugar;
¡en fin!, supongo son síntomas tardíos de la post
adolescencia. En cada reflejo, encuentro fraguada una imagen impertinente;
insistiendo en mudas piruetas, sujetando recuerdos. Encuentro pasadizos en mis
pupilas deshilando afecto extrasensorial intentando decir algo.
Algo más allá.
Algo más.
Busco
refugio escribiendo, pero mis dedos siguen un ritmo propio:quererte no duele, ni pesa. Ni libera, ni alumbra. Tampoco oscurece
o aclara. Quererte simplemente es una visión.Un sueño desmedido, atenuando
posibilidades que quizás sean incorrectas, pero hoy omitamos los quizás y pretendamos un final feliz
esperando sin argumentos nocivos al afecto.
Sea ficción, sea mística correspondida. Sea
producto de la colgadera, sea antes de comenzar, o sea simplemente algo perdido
por el tiempo; decolorando estaciones en separación inadvertida; ¡tengo tú
nombre bien amada escrito en mi alma exhortando cada día certeza por reclamar
tus labios míos! Soy un cretino trapecista incapaz de brindarte seguridad,
oculto en altibajos desafortunados, enmarañando mi sangre a tus tardes, por
necedad propia de mi raza y la necesidad impropia de amarte, sin verte, sin
conocerte, sin saberte despierta o carismática. Eres una idea, fugitiva dándose
modo para sonreír plenamente.
Ser reiterante/ inquietante, espejismo
vitoreando pulsaciones naturalizando todo sentido, insistiendo en atenuarse
como significado empírico. Punto inicial. Génesis. Opera prima. Redundante
catarata de alegrías interminables, obligando detalles a curar toda herida, a
quedarse asimilando fervor, esperando comprenderla, quererla, sentirla.
Presentimiento voraz esperando cualquier momento para explotar dentro mío;
¡señales luminosas a plena vida del día benigno! Un día completo, sempiterno y
claro. Claridad. Proximidad. Me sobran estás palabras, e intento adormecerlas;
mientras reconozco en la luna una dirección, parece violenta, enfurecida
esconde halos y brillo dejando calar nuestra noche tan oscura que podrían
perecer todas las sombras en su abismal tono incoloro. Bandera pirata,
estribillo gitano, compleja cercanía; en rosas risueñas, margaritas
gesticulando frases bonitas danzando en sincronía con una melodía de algún
tiempo, que en un momento dado sin saberlo llegaría a mí, emergiendo del
contacto primordial con una ella invaluable.
Ella mitad, faltante.
Ella; oculta en mis altibajos. Recuerdos
cercenados, coloreando fragmentos de sueños rotos/ debajo de mi piel, encuentro
algo ajeno, una intrusa adorable, una sensación que conlleva a una virtual
sospechosa.
– ¡Salud!; corren ventiscas oportunas y
todavía tienes los pies en el suelo.
– ¿Y a dónde debo ir según tú?
– Escucha.
– Estrellas benditas en brillos
misericordiosos.
– Acércate y escúchame. No seas tan huraño;
solito te metiste en semejante embrollo, necesitabas un augurio; alguna
referencia posible. ¿Qué te dice mi corazón?
– Son música, y son diabluras acarameladas.
Caramelo, me gusta tanto esa palabra;
tiene ojos acaramelados decodificando mis palabras con una sonrisa expectante.
Tú tienes un amor virtuoso fraccionando memorias en los dedos y saben dónde
buscar refugio cuándo el olvido se quiere entrometer en el amor.
– Respuesta egoísta. Antepusiste el cálculo
al amor. Escucha.
– Son mis latidos alterados. Tienen una
visión por delante y detallada, esclavos de alguien más. Escucho sus dedos, tecleando
con fuerza, escucho dedos electrificados. Escucho pasos dentro mío en el viaje
del oxígeno por las arterias; la escucho reír. Necesito escucharla reír.
–Lo esencial es invisible a
los sentidos. Si tienes un amor sobrenatural no esperes conjugar palabras para
obtener una respuesta. Sólo sonríe, deja el escondite y ve a ella, reclamando
su amor; recuérdale que la felicidad es de ambos. Tú, ten seguridad, no amargues
sus venas ni amargues tus días dudando; ¡eres un tipo afortunado!, pese a ser
aspirante a anticristo tienes la benevolencia del Gran Arquitecto que
respondió tu ruego, pero dicho milagro
tiene un costo muy alto, porque ella te ve con buenos ojos y palpita con tus
ocurrencias. Confianza, gentileza, surrealismo. Agur, intenta solamente ser
buen tipo.
Me agradan las chicas en bicicletas
coloridas, se marcha pero está sensación imprudente vale un Potosí. Parece recobrar color y palidez
la luna, selló postales alrededor de mi ventana; encuentro declaratorias
infatigable quemándome los labios. Cara a cara/ piel a piel/ ambos en una mismo
plano. Oraciones significativas; una sensación por favor. Es tan terrible
pensarla, pensar que todas las señales tienen renombre al haberla encontrado sin
saber qué hacer para distraer constelaciones y darle un beso. El beso soñado
desde el principio de los tiempos; un beso perfecto, no pido nada más, podría
morir contento en sus labios y saberme dichoso por tener la antesala del
paraíso presente.
[Beso telúrico, oscilando plaquetas al ritmo de nuestros latidos.]
Todo tiene aspecto de ser nuevo; verse
resplandeciente, las estrellas derrochan hermosura, el viento tienta suertes
engranando mensajes tan dulces como la miel sobre el vientre de la bien amada;
reacciones misteriosas pulverizando tentación, trayectorias conocidas escritas
en la piel, vividas antes de soñarlas, prometiendo no ser olvido, prometiendo
regresar todas las vida a ella. Amanecer, foráneo, quebrado, sin usted tiene
más de invierno que el sol completando círculos, despertando las flores y la
vida misma nutriendo encantamientos. Alboroto festivo, proclamando melodías
deseando despertar a los días melosos. Recuerdo tener tu mirada en la nuca,
sintiéndola presente, inventándola en mis propios ojos deseando a quemarropa.
Deseándote Ilustrada
Desconocida; búrlate de mí,
llámame ingenuo o catalógame de estúpido, pero en todo este tiempo calaste
dentro mío poco a poco las iniciales del nombre que me escondes sentenciando
siete letras en sombras inhóspitas, siéndome tan preciadas. Invisible e
indescifrable; me haces muy feliz.
“Cuando estoy perdido un poco loco por ahí
Siempre hay alguien con tus ojos esperando
hasta el fin.
Porque dar es dar,
Dar y amar.
Gracias nena por tu vida una vez más.”
Dar es dar – Fito Páez
Esperé a medida que se disolvían las gotas
de lluvia,
encontrarme contigo envuelta
remarcando poesía,
renacer, viéndome reflejado en tus ojos de
musa prohibida;
¡distante, e inalcanzable!, pero no
importa,
nací para contemplarte/ compaginarte
piropos, malabares y gracias;
porque simplemente pretendo darte palabras
a tu medida.
Tosco, por el nombre te negué más de una
vez.
Muchacha imposible, permíteme redimirme;
acercarme lentamente y tomarte por la
cintura para llevarte
a todos los rincones del cosmos besándote
los pies.
A ti no te debo promesas, pero si la proeza
de la plenitud.
A usted no le hacen faltan mis caricias
pero debilitan tu altar;
añorando la escritura de mis dedos en tu
piel descolgando virtud
aclarandotravesías descoloridas.
Tú no eres mía, siempre propia; no quiero
nada de ti, añoro un beso tuyo; ¡sabiendo que son tus labios la única eternidad
conocida! Si, el destino tan sólo reservaría ése único placer estaría
agradecido con esta vida, ¡por ti daría rienda suelta a la malicia alborotando
capitales; batallando cada fibra de tu atención para conquistarte!; pero soy fiel
a mis credos, contigo descubrí que el amor es una fuerza misteriosa y
encantadora; ¡destruye!, sin voracidad ni ambición, únicamente vale la
sinceridad y la correspondencia; sentimiento que acoge imágenes sobrenaturales
alimentando un sueño dual, emergente e imperante en cualquier relación de
detalles importantes: una chica caminando por tierra brasilera volteando
repetidas veces, algunos; “nadie ha hecho
nada semejante por mí”, miradas risueñas invitando a quemar la magia del
momento, un regalo, un piropo mal entendido, las risas musarañas; la esperanza
de encontrar un tono que altere el ser completamente. El amor es la constante
destrucción de lo imposible. Es democracia creativa entre cuatro pupilas
saneando cada momento inventando legibilidad en cada proceso. Quién ama una
flor semejante a miles de flores; sabrá que la suya es su tierra, su color, su
nación y su verdad intangible; y será menester urgente tratar con gentileza a
toda flor por guardar semejanza con la hermosura de la suya.Helenaeres
un espléndido jardín vitoreando colores sublimes, impregnando melodíasinterminables,
turnando sobresaltos sensacionales arrancando trozos del cielo para alcanzarte
en una esquina, comprometiendo un pensamiento aislado endulzando algún momento
tuyo, perdido; apoyando mi imaginación sobre tu hombro.
Noche vertida en tinta sublime; sorpresa y
desarraigo, embelleciendo la pirueta que me lleva por los recovecos encantados de tu vestido,
estallando pinturas hechas a tiempo escarlata asegurando fascinación completa
merodeando constelaciones. Si necesitas mi nombre para agitar alguna nube gris,
o cumbre de tristeza siempre contarás con él; está marca legible en la penumbra
de la duda, tiene firmada rastros tuyos, en espera/ en áspera vigilia
remontando eternidades sujetando nuestra inquietante provocación, traduciendo
calcomanías arrancadas, abstrayendo esperanzas girando muchas veces el dolor
inexplicable. Querernos, parece vital, e injustificable, interminable e
inexacto. Al mismo tiempo es un trapecio mortuorio acrecentando minutos sin
poder estar juntos en cada momento. Soñándonos justificando realidad en todas
las bifurcaciones que dimos antes de irnos de los cuerpos por encender señas
lunares y dividirnos en caminos que siempre darán al centro del corazón que
compartimos; ¡dime iluso mujer!, pero tú y yo tuvimos los labios enredados
desde el inicio de los tiempos.
Deseo reencarnado, confabulando el beso
magnifico que despierte dos organismos en una sola canción.
“Los amantes “se quitan las palabras de la boca”. Todo coincide:
pausas y exclamaciones, risas y silencios. El diálogo es más que un acuerdo: es
un acorde. Y los enamorados mismos se sienten como dos rimas felices,
pronunciadas por una boca invisible”.
El ritmo- Octavio Paz
Atraviesa una melodía el silencio
vespertino, contrayendo nupcias con el esqueleto enrojecido, combinando frases
estáticas sacramentadas al inicio de la
lengua, convencidas que al final de la vida tendrán valor para la interlocutora
idónea, terminando búsquedas y ausencias; atando piel anonadada sobre todas las
espigas adoloridas que mecieron vientos fortuitos en el descampado proverbio
del afecto remitente, aderezando exactitud incriminada azuzando aquél telúrico
sentir abreviando fatigadas caminas enterando círculos. Azote del piano, golpes
hechos notas notorias; ¿para quién; para todos?, ¿para éste preciado y preciso
instante? Tal vez nunca se supo su origen, así es el arte, si es sincero es
arte, si es una pose es un botarate regadero venenoso vendido por la
intolerancia al creativo compás de la palabra perdida. Para mí, sólo es un
nombre, una chica detallada en todo el expediente del alma venturosa por no
sentir soledad y saberla deslumbrante en alguna parte, en algo más que las
cosquillas de un pronombre afecto por la ley de gravedad.
Eh ahí el reto de la obra: tener
importancia, adquirir vida propia, desprenderse sin recurrir más a las manos y
correr por el universo alterando sentidos, inyectándose festivamente, exaltando
otras vidas, que preciarán el arte en su propia tenida y junto a nosotros
regresarán al big bang encadenando
ideas, emoción colectiva. Pero en lo particular; no logro visualizar a nadie
enterando vacíos con estas palabras, más para escribir durante años e
visualizado una lectora única/ trasparente/ infartante. Voracidad inalterable
de la técnica, el desgaste promontorio del notorio acicalamiento del verbo
cabal; sea amor, libertad, irreverencia, locura, tenacidad. Formas vedadas,
asemejándose a las referencias; un solo de Zappa,
juegos clarividentes de Eco, la sensibilidad de Janis, lienzos tenues de Rembrant,
astucia de Richelieu y Maquiavelo. Estrechando claridad juramentada a un
propósito que se desvela solamente con el corazón en la mano; trascender. Ahí
es donde juega su partida más perfecta el destino, violentando apariencias
insaciables cruzando palabras, sacando a flote un pensamiento resguardado,
evitando tenga contacto racional y sumerja completamente la desalineada
fragancia atravesada en toda partícula concentrada del cariño único. La
interprete desconoce el valor de sus notas y voz para mí; no tiene idea del
profundo regalo hecho sin saber siquiera
que existe la circunscripción 444 (…el
espacio de mi cama y la mesa que uso de escritorio.) dónde avanza su música
condecorando presagios de la Ilustrada Desconocida trayendo algo de
elladesde el otro lado del mar.
Al finalizar, simplemente tengo el cuerpo
imantado al espacio vacío dónde debería estar su retrato; ¡la imagen inicial de
mi vida!, ¡joya psicodélica, albergando todos los colores!, ¡su rostro
evaporado por mis ojos en la sonrisa más pura! Quererla, sin verla, necesitarla
sin conocerla, es locura, pero limpia y trasgrede cualquier gramo infeliz
merodeando neuronas electrificadas esperándola. Ha sido un encuentro fenomenal,
pergamino de caminos infinitos, explorables desde un teclado versátil y el
corrector ortográfico entonado. Pero la radio confunde tonos; ¿cuánto tiempo eh
vivido retroalimentándome del reproductor?, sintonizando espacios en el dial,
esperando descubrir a la pitonisa, me confundo con otras voces. Clavario
indiferente. Cortarse las venas en plena vía, sin saber por dónde podría
encontrar un augurio, una referencia, una señal; palabras alentadoras, efecto
musaraña. Se agudiza la conversación la con la virtual sospechosa. Genialidad
indolora haciendo su paso por mi ventana, apedreando vendajes, astillando mi
cerebro con su ritmo nebuloso; lector derrotado, soy desmembrado entre post y ventura.
Nuestra melodía asalta ansiedad cada noche fugitiva, y no poder entablar con
ella una charla directa, CLARA, sin reservas. Su complicada voz abre piel,
brazas vanguardistas; “Y
te pican los ojos, es de la sal y del sol y de la canción. De la canción. Y lo
peor es que no te la sabes, porque en realidad no la soportas. No eres capaz de
escucharla entera, porque la primera frase te destroza. Te da tanta pena que te
destroza*”.
Me aturde, me fascina que lo haga. ¡¡¡¡¡Me tienes colgado!!!!! Quiero gritarte
amor en los cuatro vientos inclinado tu cuerpo al éxtasis bondadoso
descubriendo tus secretos con los labios; ¡carajo!, te adoro por los estragos
que haces en mí. Venga, no más misterio por favor, charlemos.
¡Una vez
si te parece!
Hay si
no fueras tan genial, no soportaría tus silencios.
Vas a matarme. Eres mí lapida cristalina;
puedo estar equivocado, y estar exagerando, pero al demonio la vergüenza, si no
eres me valdrán las palabras para adornar el velero y confiar que estaré más
cerca de la Ilustrada Desconocida oculta en mi sangre,
provocándome desde lejos a seguir viviendo.
Vivir por escribir su sonrisa.
Imprimir historias, inspiradas en sus
pestañas.
Ambicionar renombre; para embaucar adorados
gemidos a mi musa.
La chica del otro lado de las musarañas.
(Estoy aburrido de prestarme
puntos de vista pertenecientes a otras para adornar tu ausencia.)
“Si alguien ama una flor de la que sólo existe una en millones y millones
de estrellas, es suficiente para sentirse feliz cuando mira a las estrellas. Él
se dice: Mi flor está allí, en alguna parte.”
El Principito – Antonie de Saint –Exupéry.
El Principito – Antonie de Saint –Exupéry.
Es la noche indicada; hay tanta belleza
resplandeciendo en la luna, que no necesito linterna para ir a recolectar
destellos. Mi máquina voladora se ve muy maja; re pintuda. La Chica de Papel excede
en mal genio, la invito a venir conmigo pero finge que mi voz es un débil
lamento boliviano. A las gatas no les importa mucho; ¡hilaridad!, hace algunos
años visité a una compañera y cuándo le dije que tenía una gata, muy sería me
preguntó si era la nueva forma de referirse a las novias. Tengo impresas todas
las fotografías de las rosas para regalarlas. Música aleatoria. Una chalina de
alpaca, el mentado gorro negro; en la casa del vecino suena mi antiguo tormento
popero (salvo el disco “Cuándo los ángeles lloran”; Maná es pop nomás y “Eres
mi religión”, una tediosa balada.) a todo volumen, hace unos años le
hubiera bajado el vidrio de una pedrada. ¡Es demasiado relajante destrozar
ventanas!, vandalismo creativo. Hora de partir.
No es necesario ir en busca de la última
musaraña de la ecuación; le he regalado demasiadas rosasy debe pensar que estoy
chalado. Nuestra señora de La Paz, cuyas luces se emparentan con los cerros,
tierra subliminal, extraviando tiempo en los cerros, anárquica capital; 203
años de ser cuna de grandes ideales. ¿El motivo del viaje?; las musarañas se
perciben encandilando risas estridentes, con el tiempo van juntándose revelando
el querer indicado. Soy un sujeto acostumbrado al viento de cordillera, adoraba
el frío, pero con algunas quimioterapias entendí eso de abrigarse. Ahora,
renace nuevamente el gusto, tener las manos frías resulta reconfortante; ¡es
tomarla de la mano, simbólicamente! Las venusinas me reciben con alegría; al
explicarles el motivo de mi visita, me invitan a ver una puesta de sol; ofrezco
recitarles algunos versos, pese a mi voz harapienta.
Venusinas.- Vale muy amable, pero preferimos otra gracia.
– ¡Ustedes digan sí está a mí alcance,
cuenten con ello!
Venusinas.- ¡Vamos!, ¿no tiene mucho más valor lo imposible?
– Ciertamente. Pero si me piden esconder la
luna, o cambiar el color del sol; todos nosotros saldríamos mal librados,
ustedes no tendrían lo que quieren y yo fracasaría en mi intento de obtener un
destello claro para mi resonante amada.
Venusinas.- Verdad. La pasión desmedida debe corresponder al ser que emite la
respiración por ti; para ti ella es alma, vida, fuego, tierra, agua, aire. Ten
fe, merecerla te tomará una vida entera, la alegría de sembrar cada día un
poquito más su cariño. El amor revolotea fuerzas superiores a toda ensoñación; es
la dulce realidad abismal, superando expectativas. Pero necesitas mejorar tu
aspecto, estás bastante descuidado.
– Primero el impulso; mientras tanto soy
marioneta de la espera.
Venusinas.- Vana sería si supieras el desenlace. No estamos muy seguras si lo
que queremos pedirte es algo imposible, o complicado, para nosotras si lo es ya
que no hay esas plantas por estos lados o los sobrecitos; pero, sentimos su
aroma todas las mañanas desde tu planeta y nos gusta mucho y por eso queremos
una taza de café.
Al poco rato el agua hervía, y yo batía el
café en las tazas; azúcar morena un poco de coñac de guinda, derritiendo en
promesas imposibles concordia hecha barra de chocolate. El aroma refrescante cubrió
todo el planeta, las Venusinas bailaban dichosas, obtuve un destello
inesperado, similar a una catarata cristalina. Nos despedimos, con promesas de
cada vez que pudiera regresaría con café para ellas. En la máquina voladora nuevamente,
emprendí viaje a un lugar no tan maravilloso como el primero, pero era
sumamente importante ir. Bajé a los infiernos tomando una ruta que no me estaba
permitida, centinelas aterradores ordenaron que baje de la máquina voladora y
me condujeron ante la Princesa de las
Tinieblas; al verme sonrió:
– Tú
no entiendes; insistes en pedir señas de la Ilustrada Desconocida por estos lados,
¿cuántas veces tendré que sacarte? – Asintió sin enojo.
– Usted sabe que mi presencia no la
molesta; somos amigos.
– Estoy encantada de verte; por supuesto
debo pensar en Helena,
no creo que ella quiera perderte, ¡sé lo que piensas!, ahórrate estupideces,
estás muy cerca, la tienes aquí entre tu alma y la magia, pero eres tan torpe;
en lugar de estar festejando quieres claridad, palabras certeras. Regresa, ve a
desangrar textos para tu amada. Elige el amor, quiérela; ¡no importa si no te
corresponde!, ¡no importa si no llegas a conocerla!; conserva ése amor, evita
la tristeza, si ella se aburre de ti; la olvidas, simplemente, das vuelta la página.
La literatura no es una esposa infiel, sigue masacrando teclas, crecerás y te
consumirá, ¡tal vez alguno de tus escritos adquiera vida propia y sea
importante para alguien!Me gusta verte sonreír, al final si ninguna otra te
quiere recuérdame, te recibiré con los brazos abiertos. Antes de irte elige un
obsequio; en la siniestra volteo coronas y con la diestra descorono vendettas.
– No podría aceptar un beso suyo; pero
agradezco el destello, me es mucho más preciado. Yo traje un regalo para usted;
es la imagen de una rosa, quizás la más especial que tengo, para usted será una
chica de papel espinada y siempre tendrá palabras electrizantes. Adónde vaya
siempre diré que tiene lindas piernas y es toda una dama. Agur Princesa de las Tinieblas espero
recuperé algún día el sitial que perdió por su codicia.
Viento nuevo, soltando trayectos,
devolviendo las estrellas que robé en la fiesta de la luna, la chica pelirroja
sigue contenta con el gato en su regazo. Tiene ojos de Carmelo y una cinta en
la pierna, la chica más contenta por el beso con el farolero me abraza y desea
tenga buena estrella para encontrarme a su debido tiempo con la bien amada.
Encuentro a la chica del lado brasilero; la primera vez que nos vimos por terco
no le devolví la sonrisa, ahora le dejo una inconfundible. Una caja de
chocolates para la simpatiquísima doctora y sus enfermeras. Descongelo a la
Condesa y bailamos salsa sin insinuarnos. Quedan tantos lugares por visitar.
Caen las estrellas, renacen las luces transversales, los piropos incendiarios y
toda fotografía destinada cumple su propósito. Doy vueltas, enterando
destellos. Sigo instintos recomponiendo algunos malentendidos. Pago deudas con
las gitanas. Encontré a la Dama
Aristogata tratando de fastidiar a otro antiguo habitante de los misterios.
– Vamos mujer; ¡suficiente joda es ver caer
los paradigmas que sostuvieron las fronteras durante siglos!
– Mucho tiempo sin verte querido; pensé que
me olvidaste.
– Es verdad; sólo me interesa una mujer en
esta vida.
– ¿Te corresponde?; ¿tienes sus ojos?
– No interesa, tenerla no es la finalidad,
saberla en alguna parte es mucho más importante.
9 comentarios:
* Big_attic
Entonces este es tu blog??
vale jajaja
suelo visitar todos los perfiles que poneis, creo que me hice un lío---
Buena historia tu chica con bicicleta colorida ;)
Eso sí da para un montón de post, pero ya he visto que te encaprichaste de post largos jajaja
Hazlos como tu quieras, que para eso es tu blog
Besos abisales, espero haber aceertado esta vez
Tendré que volver con tiempo y calma, hoy no es mi día.
Pero me dejaste pensando en eso del cariño... Qué es el cariño??? Tal vez lo que queda después de haber amado pasionalmente o un gesto amable ante la nada.
Saludos
Muchas gracias por la difusión en primer lugar :)
Por otro lado, creo que ha habido un malentendido...No entiendo el porqué del último de tus comentarios. Quizá creas saber quien soy...pero no, en serio ¡es imposible! Siento la confusión.
Estaré encantada de que sigas comentando mi blog.
Un saludo,
Alicia
Hablando de perfección, hace como dos semanas, en medio de una discusión después llevo a no emitir ni una palabra mas, alguien me dijo que la perfección no existía, que no todo era perfecto, a lo cual yo respondí que yo si era perfecta y que todo debía ser perfecto, se que fue la PEOR respuesta del mundo y que yo estoy muy lejos de eso…
A veces es mejor no decir nada, y seguir con el silencio… A veces…
Y tienes toda la razón del mundo al decir que los más sensibles son los que más daño hacen.
Me agrado tu post… (En si me agrado la parte de la perfección)
Saludos cordiales
tiempo que no me aparecía por acá...se extrañaban estas lecturas...
Si es cierto, lo siento, me equivoque al comentar, bueno soy algo nueva en esto.
Por lo que entendí, tú quieres a alguien, a quien no conoces y a quien no ves, eso es un poco ficticio y hasta paranoico… No es mejor querer a alguien a quien uno conozca y vea, con todos sus errores y defectos?
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